jueves, 13 de febrero de 2014

Analisis el hombre bicentenario



Sujeto: Robot: Andru Martin. Objeto: convertirse en humano  Adyuvante (s): Sr. Richard Martin (el que lo compró) y Rupert Burns (el que lo modificó para 
asemejarse a un humano)  Oponente (s): Juez de la Corte (no aprovó que sea declarado como humano por ser inmortal) -
O - Niña mayor Greice (que lo hizo lanzarse de la ventana) - O - Deniss Mansquin (el de la 
empresa Robotis).



Integrantes: Carlos Castillo Yépez

Carlos Proaño
Maria de los Angeles Vasquez
Denisse Noboa

viernes, 17 de enero de 2014

El cine subterráneo en Ecuador


Película: Más allá del mall
Género: Documental
Año: 2010
Tema: La historia de las personas que están detrás de decenas de películas ecuatorianas de bajísimo presupuesto que se comercializan en la bahía de Guayaquil.

Más allá del mall es un documental dirigido por Miguel Alvear, director quiteño quien, tras el fracaso económico de su película de corte surrealista, Blak mama, empieza a cuestionarse sobre la importancia y rentabilidad de producir cine en Ecuador.
El documental es protagonizado por el actor Andrés Crespo, quien interpreta una versión ficticia del director del filme.
Alvear, interpretado por Crespo, en busca de respuestas sobre la cultura fílmica ecuatoriana decide buscar respuestas sobre los orígenes del cine ecuatoriano. No se exhiben películas ecuatorianas en los cines de los centros comerciales, y la mayoría de personas no ha visto más de un par de filmes nacionales (en algunos casos ninguno). Entonces, decide ir a la cinemateca de la casa de la cultura, donde le aseguran que el cine ecuatoriano existe, pero, como todo objeto dentro de un museo, existe pero distanciado de las personas, separado por una vitrina.
Su frustración nace de la inquietud sobre el papel del cineasta y de la gente cinéfila en general dentro de Ecuador.
Cine ecuatoriano más allá del mall

Sus preguntas son respondidas por un descubrimiento, como él lo describe, escalofriante. En la bahía de Guayaquil (un mercado informal donde se venden artículos de toda índole) se venden a un dólar decenas de películas ecuatorianas de bajísimo precupuesto, realizadas por productores autodidactas y con una gran acogida del público, a pesar de no ser exhibidas en cines.
Entonces, la película se centra en las historias de tres personajes: Nelson Palacios, quien dirige, escribe y realiza melodramas con un presupuesto mínimo, que tocan temas como la pobreza y el abandono. Fernando Cedeño y Nixon Chalacamá, quienes dirigen, actúan y producen películas de acción como Sicarios Manabitas y Tráfico y secuestro al presidente.
Es interesante acercarse a este grupos de personas, que producen cine al margen del canon del cine ecuatoriano, con bajo y casi inexistente presupuesto y sin instrucción formal en técnicas cinematográficas. Dentro de la idiosincrasia del cine ecuatoriano (que para los estándares internacionales es de bajo presupuesto) surge este grupo de personas que hace cine marginal, con escasos referentes, y llenan un vacío dentro de la propuesta de cine ecuatoriano, que no se caracteriza por producciones de acción o melodramas.
Surge la pregunta obvia, de qué ocurriría si estas personas hubieran desarrollado su cine en otro contexto, no desde lo marginal sino con instrucción formal y con financiamiento apropiado. Nelson palacios escribe dramas relacionados a la pobreza y al abandono, historias que reflejan el contexto que habita. Nixon Chalacamá y Fernando Cedeño hacen películas de acción, las ruedan en Chone, provincia de Manabí, donde el sicariato es un negocio que ha proliferado por las rencillas entre familias y la falta de trabajo. Chalacamá, amante de las películas de acción, además practica artes marciales, conocimientos que pone en práctica al momento de realizar escenas de riesgo y peleas.
Dentro de un documental sumamente interesante, la escena que más impacta es cuando Alvear descubre las decenas de películas ecuatorianas que se comercializan en la bahía, es como si el director hiciera partícipe a la audiencia de su descubrimiento, es como descubrir el cine vivo que existe bajo tierra, bajo las narices de todos.
Los cineastas amateur no ganan dinero con sus producciones, ya que los piratas se llevan la mayor parte de las ganancias. Pero su cine es valioso, ya que reflejan la identidad e idiosincrasia ecuatoriana con más claridad que muchas otras películas dentro del canon nacional que han tenido pretensiones de definir nuestra identidad, de definir lo ecuatoriano. En otro contexto, estas películas serían joyas del cine B,  y son un importante testimonio de lo que ocurre más allá del mall.
(En la última escena el director de Blak Mama decide liberar su película y ofrecerla a uno de los distribuidores de la bahía, si fue o no pirateada es un descubrimiento que se puede hacer yendo a este mercado de Guayaquil)